Últimamente hemos oído la expresión «inmunidad de rebaño». Más bien de la manada pues, en cuanto nos han dejado, hemos salido en estampida (de lo cual se deduce que hay un pastor y nosotros somos el ganado, pero esa es otra historia).
El caso es que yo también he salido corriendo a mi segunda residencia, la cual no visitaba desde verano. Haciendo limpieza me encontré con algunos de mis apuntes de COU, en concreto los de Historia del Arte. Estaban escritos a mano, con imágenes pegadas procedentes de fotocopias en blanco y negro de dudosa calidad. ¿Te puedes creer que en aquella época (años 80) ni siquiera teníamos acceso al color, exceptuando alguna diapositiva (*) que nos ponían los profesores de uvas a peras? Imagínate un Velázquez o un Cézanne en grises: un chiste, por no decir una pesadilla, para cualquier estudiante actual.
(*) Si por tu juventud no sabes qué es una diapositiva, míralo en la red, te partirás de risa.
Sin color «no hay color»
Mejor sin faltas.
Aquellos apuntes me recordaron una forma de estudiar que, estoy convencido, sigue siendo muy válida: reescribir los apuntes una y otra vez hasta memorizarlos. Es lo que llamábamos «pasar a limpio» y es más efectivo que memorizarlos y recitarlos en voz baja como un mantra o, con la ayuda de un compañero/a, «soltarle el rollo». Estas técnicas están bien si el examen va a ser oral pero, para las pruebas por escrito es mejor, obviamente, escribir; además, cometes menos errores ortográficos el día del examen.
Prehistoria digital.
Los miembros de la llamada Generación X (*) no tuvimos acceso a Internet en nuestra época de estudiante, pues apenas había ordenadores y la red de redes apenas era una «hilito» por aquel entonces. De hecho, me considero un pionero como usuario de la informática, pues empecé en 1992 con ordenadores Commodore Amiga que carecían de disco duro y, desde luego, no tenían conexión a Internet. ¿Alguien recuerda los módem y su característico sonido? No fue hasta principios del siglo XXI cuando empezó el uso de la World Wide Web de forma generalizada.
(*) Los nacidos entre 1965 y 1980 (no confundir con los X-Men, esos son otros).
El Amiga 500, un Fórmula 1 a principios de los 90
Almacenes digitales.
A partir de entonces, la red creció exponencialmente -si no en calidad, al menos sí en contenidos- y aparecieron los primeros repositorios; es decir, lugares donde se almacena, organiza, mantiene y difunde información. El que llegó a alcanzar más repercusión fue El rincón del vago, cuyo logotipo era un buitre que, unido al nombre, transmitía la idea, a mi juicio errónea, del carácter egoísta del uso este sitio web. Hoy es uno más entre los diversos espacios en los que puedes consultar, compartir, descargar, etc., contenidos relacionados con cualquier materia de estudio.
Pero si hay un repositorio que ha alcanzado mayor éxito en la comunidad estudiantil es, sin duda, Wuolah. Desde 2015, esta web pone a alrededor de 4.000.000 de documentos -apuntes- a disposición de los usuarios. Su característica principal es que remunera a la persona que sube contenidos en función del número de descargas que tenga «su» material. Y ahí, en el posesivo, radica una particularidad cuyas consecuencias están todavía por ver: algunos profesores protestan, no sin razón, al comprobar que sus apuntes están alojados en Wuolah sin su consentimiento. Hay un serio problema, al menos ético, de autoría y otro, quizá menos relevante, de libertad de cátedra. Incluso de deserción de las aulas.
Además, los centros educativos cuentan actualmente con sus propias plataformas de estudios como, por ejemplo, el Aula Virtual de Instituto INTER.
Pantallazo del Aula Virtual
Para el profesorado también existen multitud de utilidades, más allá de contenidos, que les pueden sacar de más de un apuro. Se trata de Recursos Educativos Abiertos (REA), es decir, gratuitos y libres, que incluye el aprendizaje del manejo de las TIC, algo indispensable hoy en día en la labor docente.
Concluyendo.
Como alguien relacionado con la docencia desde «ambos lados de la mesa» -y de la pantalla-, y teniendo claro que cada persona es un mundo, voy a darte un pequeño consejo: no confíes tu aprendizaje en lo que hacen los demás, pues sin esfuerzo no hay recompensa.