Por fin ha llegado la única época del año en el que usamos este viejo y famoso eslogan (no exento este 2020 de infantil polémica) de la no menos famosa cadena española de grandes almacenes, como todos sabemos.
Y esta vez volvemos al cole de una manera muy especial, y no me refiero a la malograda campaña publicitaria de la (no) citada compañía, sino debido a la maldita, por no usar otro adjetivo más peyorativo si cabe, pandemia de la COVID19.
Como el agua, esta enfermedad es incolora, inodora e insípida; nadie la quiere, pero ahí está el dichoso virus. Su invisibilidad no la convierte en menos real -y peligrosa- por lo que debemos, sí o sí, aprender a convivir con ella, mal que nos pese.
COMO EN UNA PELÍCULA DE CIENCIA FICCIÓN
Los microorganismos no entienden, ni lo necesitan, nuestras cavilaciones. Da igual que neguemos su existencia, ellos siguen a lo suyo. Los amantes de las “teorías conspiranoicas” están de suerte ya que al terraplanismo y al creacionismo pueden sumarle el negacionismo como doctrina de moda.
De las dos primeras solo cabe decir una cosa: son falsas. O mejor aún, no decir nada de nada; al fin y al cabo, cada uno es libre de creer lo que quiera, allá él o ella; además, no dejan de ser paranoias que no nos afectan al común de los mortales en nuestro día a día -expresión moderna de la que me arrepiento cada vez que la uso, pero que se te acaba, como otras del mismo cariz, pegando… contagiando más bien-. Adivinan ya por dónde van los tiros ¿verdad?
La última de las teorías, el afirmar que esta enfermedad no existe, además de ser igual de errónea que las anteriores es, además, peligrosa. No teníamos bastante con las dietas milagro y los antivacunas , faltaba la amenaza, añadida a la del propio virus, de una irresponsabilidad galopante que favorece el contagio colectivo. Como dijo Christopher Nolan en su magnífica película Origen “nada es más poderoso que una idea”.
Dom Cobb (Leonardo Di Caprio) intenta introducir una idea en la mente de otra persona de forma que crea que es suya
LA ERA DE LA DESINFORMACIÓN
Ni el mundo está lleno de villanos, ni todas las noticias son fakes . Desde luego, yo no lo creo; es más, estoy convencido de que la mayoría de la gente somos buenas personas, solo que hace más ruido las que no lo son. Se podría decir que, con la revolución digital, vivimos a la vez en la Era de la Información y en la de la Desinformación. ¿Qué hacer? En realidad, es muy sencillo, cuando tengan dudas hagan como dice Manuel Toharia, apelen a su buen juicio.
Todo lo dicho nos lleva al principio de este artículo: como Centro de Formación Profesional, nuestra misión ha sido, desde 1977, la de formar a nuestros alumnos; y desde 2020, formar a nuestros alumnos con seguridad, llevando a cabo las medidas preventivas sanitarias que sean precisas para ello. Porque en Instituto INTER creemos en las ideas, en las buenas ideas, y sin necesidad de que alguien nos las inculque pues apelamos, como no, al menos común de los sentidos: el sentido común.